Las estadísticas de la ONU
con referencia a Colombia en la educación nos ubican en el puesto 78 entre 129 países. El
comparativo permite concluir que en materia de educación queda dentro del montón, sin que trascienda,
como no trascendió el título de Atenas Suramericana
para la capital del país.
Eso explica por qué
educadores de avanzada de la segunda mitad del siglo pasado, resolvieron
cambiar la educación por la tolerancia del desorden al retirar del esquema
educativo oficial algo que se llamó urbanidad; concepto desconocido para los
nuevos docentes, como se consagrara en norma especial que ordenara en ley especial no traumatizar al pequeño
que recibe clases en las aulas, y evitar
cualquier afección que le pueda devenir
a causa de la utilización inadecuada de vocablos para su tratamiento.
Seguramente que no se
alcanzó a prever que hay sobreprotección para los niños y las niñas que
concurren a las aulas ante tanta laxitud pueden recoger de su entorno
adminículos, como los que pueden utilizar en países en los cuales aún no se
refleja el desarrollo tecnológico, debido a que dependen de la minería
(oro, esmeraldas)... Ampliación